miércoles, 10 de junio de 2009

EN TUS BRAZOS

Hace algunos días, a través del correo de un amigo y tanguero de los buenos, (Gracias Miguel Ángel) me llegaba un artículo que hablaba del tango como terapia, se ha dicho en muchas ocasiones que el baile puede ser una terapia para muchas cosas, y según podemos ver en el artículo que publico a continuación, el tango no cura, pero si puede ayudar, también hay que decir que en otras ocasiones, por afectos o sentimientos, uno tiene que alejarse del tango, porque el tango muchas veces duele, todo depende de la situación, de los sentimientos, del momento en que se vive, pero también el abrazo te llega y te arropa, es cierto que unas veces hace sufrir y otras te da la vida, pero es un buen aliciente, en muchas ocasiones sube la autoestima, y en otras como el caso de esta publicación puede ser una buena terapia, los abrazos siempre son necesarios, transmiten y te llegan, los recibes y a los primeros compases se produce el acercamiento, te fundes con la música y con un solo corazón basta, el tango es la fusión de muchas cosas, pero sobretodo el abrazo es el eje transmisor de esos tres minutos con la realidad, su música te llega directamente al corazón, y hacen del tango un amor inseparable, son las maripositas que te llenan el alma con su música.



El tango del Parkinson

RAMY WURGAFT desde Buenos Aires
20 de mayo de 2009.- Ocurrió durante un campeonato internacional de tango. Magdalena ejecutaba el 'ocho', una figura que consiste en entrelazar la mujer sus piernas con las del varón, cuando se sintió paralizada, igual que si le hubieran clavado los pies al parqué. Como en sueños, vio que los músicos seguían tocando sin que el sonido de los instrumentos llegara a sus oídos. Cuarenta y ocho horas más tarde, en el mismo hospital donde la ingresaron, un médico joven, ("se le escapan gallitos al habla", recuerda Hilda) le explicó con muchos rodeos, que padecía de Parkinson.

De regreso en su casa, lo primero que hizo fue empaquetar los trofeos, su diploma de profesora de tango, todo lo que se asociara con ese torbellino de sensualidad que es el tango. Era como si borrara la parte más significativa de su vida y Magdalena cayó en una profunda depresión, de la que se recuperó más tarde, con la ayuda de sus familiares y amigos. Hace un tiempo, su médico le comentó que en el Hospital de Clínicas, habían organizado un taller de tango para los enfermos de Parkinson. A la antigua campeona le costó atreverse pero finalmente lo hizo. "Enrique Santos Discépolo (autor de muchas letras) definió el tango como un pensamiento triste que se baila. Yo que me sentía inválida, pienso que es una tremenda fuerza vital. Para mí, un soplo de aire fresco", dice la bailarina.
Descubrir un método para mejorar la calidad de vida de los enfermos, era una obsesión que a Federico Micheli, director del departamento de Parkinson del Hospital de Clínicas, no le dejaba en paz. Los grupos de apoyo, la gimnasia y los trabajos manuales traían algún alivio. "Pero, si existiera una forma de combinar esas parcialidades en una terapia que ejercitara la mente y el cuerpo a la vez...", reflexionaba Micheli, junto con sus colegas. La respuesta surgió de la manera menos pensada. "En uno de los congresos que celebramos con motivo del Día del Parkinson, apareció un médico acompañado de un músico que tocaba el bandoneón (un pequeño acordeón que marca los compases del tango). El músico interpretó 'Por una Cabeza' (un clásico) en la sala de espera y los pacientes salieron espontáneamente a bailar. Fue toda una revelación", recuerda el médico.


El Parkinson es una enfermedad neurológica, degenerativa, que se manifiesta en la rigidez muscular, temblor incontrolable y alteración de los movimientos. También provoca, sobre todo en los adultos mayores, un deterioro de las funciones cognitivas. El enfermo tiene serías dificultades para ponerse en marcha cuando ha estado inmóvil. Se queda petrificado, como le ocurrió a Magdalena y no vence la inercia hasta que logra programar sus movimientos, como el ajedrecista al mover una pieza en el tablero. "El tango no cura el Parkinson, pero ayuda a coordinar los movimientos y al mismo tiempo, influye para bien en el estado anímico del paciente. Mejora la autoestima. No olvidemos que la depresión está presente en el 40% de los casos", explica Francisco Micheli.
Tan pronto como la aterciopelada voz de Carlos Gardel brota del aparato de música, las parejas y nosotros, los espectadores, nos sentimos transportados desde la excesivamente iluminada sala del hospital a una de esas milongas -salón nocturno- donde el suave resplandor de las pupilas es la única luz. Marcos, aquejado por la enfermedad desde hace 22 años, remata la doble 'tijera' con un vigoroso 'quiebre' como Dios manda. Rosita, la profesora, frunce los labios en señal de aprobación y los demás aplauden al maestro, que según confiesa, en casa tiene problemas para asir la taza de té. "Hay una canción que dice así: tango, tango hoy preciso de tu ayuda para calmar mi dolor. Esa letra es la oración que recito todos los días, al levantarme", dice Marcos.

SILENCIAMOS DEEZER
Os dejo dos opciones para ver este video, desde youtube, o desde el enlace que pongo debajo, la segunda opción es mucho más completa y a mi particularmente me encanta, espero que os guste, desde que abrí el blog, este video, que prácticamente todos los tangueros lo tenemos y además con un cariño especial, lo tengo puesto en el lado derecho de mi blog, fue de las primeras cositas que puse y es porque lo quería tener presente y no perderlo nunca de vista.




EN TUS BRAZOS http://www.entusbrazos.fr/