jueves, 18 de septiembre de 2008

FAROLITO.


Milonga del Parque, en verano está
totalmente abierta, pero el viernes
soplaba un fuerte viento.
Foto: Campanilla.

Todos los viernes en el Kiosko bar del parque grande de Zaragoza, la magia del tango cobra vida, Paco uno de nuestros tangueros donde los haya, ha hecho posible esta milonga que guarda el encanto de las noches de verano, una milonga de lujo al aire libre, bajo la atenta mirada de las estrellas...otras veces, algunas mañanas de domingo, con el vermouth tango musicalizando él mismo de excelente forma, nos hace disfrutar entre los rayos del sol que queman los tangos unos tras otros.

Paco, tanguero donde los haya.
Foto: Campanilla.

Esta milonga tiene un algo especial, es la calidez del ambiente, la noche, la música que se esparce y sale al encuentro de todos aquellos que se acercan a disfrutar no sólo del tango, sino de los amigos y de los que llegan descubriendo por primera vez un lugar, del que no querrán marcharse.



Foto: Campanilla.

Eduardo musicalizando la noche del viernes.
Foto: Campanilla.

Así son las noches de los viernes, entrañables y acogedoras, pero además hay en todo esto una mano que da el toque a la musicalidad, Eduardo Barreiro nuestro DJ que junto a su musa Marisol, hace posible que no paremos ni un solo minuto en la pista, porque desde principio a fin, su música nos hace vibrar, soñar y sentir el tango desde lo más profundo de nuestros corazones,

Eduardo y su musa Marisol
Fotos cedidas por Eduardo.

y se disfruta tanto, que quisiéramos parar los relojes y como en la canción decir “no marques las horas”, pero el tiempo vuela, y vuela deprisa y llega el momento en el que Eduardo dice esta frase…y hasta la próxima milonga, sólo nos separan estas tres cumparsitas, y entonces se quiere apurar más el tango, y con más pasión se arrancan en la pista los últimos compases y el deseo de que dure mucho más que tres minutos con la realidad…y entonces,

Foto: Campanilla.
cuando las motitas de polvo brillan entre la luz de las farolas en un paso lento para depositarse de nuevo en el suelo...como el resorte de una caja de música, empieza a sonar FAROLITO de Agustín Lara, este vals se ha convertido ya en un emblema de la noche del parque, las miradas se cruzan, los abrazos se funden, y la música nos lleva de la misma forma, que las notas se pasean por el pentagrama diluidas en medio de la noche, la luna arrabalera se hace cómplice nuestra y cuando el último compás deja de sonar...el silencio se hace latente, pero todavía sigue sonando dentro de nuestros corazones, ese farolito

La noche toca a su fin.
Foto: Campanilla.

de luz tenue que brilla en nuestra mirada…besos, abrazos y tras nuestras pisadas, por distintos caminos en medio del parque la gente se va, ahora es el abrazo en el hombro de la pareja, o de las amigas cogidas por la cintura, tarareando...farolito, que alumbras apenas mi calle desierta...




Foto: Campanilla.

Los árboles son testigos mudos del momento y desearan de nuevo que llegue la noche del viernes.




Foto:Campanilla.

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Gabriel García Marquez.

Sé que te vas a reír pero ando loco buscando la melodía que te congele en mi abrazo, que te retenga a mi lado.
Isamel Serrano.

Yo abrazo, delicia pura, tu cara desconocida, idéntica a mi alma.
Marguerite Youcernar.

Éramos el abrazo de amor en que se unían el cielo con la tierra.
Rosario Castellanos.


Foto: Campanilla.

Hoy quiero ser yo quién le dedique su propia canción a Eduardo que siempre se acuerda de todos, y nos regala dedicatorias en forma de música, para él y su musa Marisol y para Paco que ha hecho posible la magia de esta milonga de lujo.

(Silenciamos DEEZER)



¿Bailamos?



FAROLITO de AGUSTIN LARA

Farolito que alumbras apenas
Mi calle desierta
Cuantas noches me viste llorando
A llamar a su puerta
Sin llevarle mas que una canción
Y un pedazo de mi corazón
Sin llevarle mas nada que un beso
Friolento travieso, amargo y dulzón


Farolito que alumbras apenas
Mi calle desierta
Cuantas noches me viste llorando
A llamar a su puerta
Sin llevarle mas que una canción
Y un pedazo de mi corazón
Sin llevarle mas nada que un beso
Friolento travieso, amargo y dulzón



Y ahí en ese silencio de la soledad del parque, quedarán las frases de abrazos y de árboles, y las notas de farolito prendidas de sus copas, esperando a que despunte el nuevo dia y aguardando con impanciencia ser escuchadas de nuevo.



Los árboles tienen una vida secreta que sólo les es dado conocer a los que se trepan a ellos.
Reinaldo Arenas.

Estás llena de música, como un árbol al viento.
Jaime Bodet.